lunes, 14 de noviembre de 2011

Pasé por fuera del Viste Bs.Ar


Mi oficina queda al lado del Museo de Arte Contemporáneo y confieso que tenía muchas ganas de ir al evento de Viste Bs.As (Viste Buenos Aires), pero mi cerebro atrofiado con trabajo no me dejó y por ende  lo olvidé por completo hasta que caminé hacia el metro.
Por el frente del Bellas Artes me encontré con varias niñas vestidas iguales: Calzas, polera larga. Pitillos, polera blanca, camisa de mezclilla clara. Todas con cinturones café claro y gran parte de ellas con cartera café claro. Zapatitos de señor café con punta, lentes de marco grande y grueso negros sin aumento, entre otras características vistas.
Al ver esto, pensé en lo bien que hice al no haber ido, ya que es una lata que en Chile todas las niñas se vistan iguales para, según ellas, "verse bien" y ser top en un evento de moda, que por algo es de moda, porque todos imponen su moda o usan algo de las expositoras.
Sí, usé muy seguido la palabra moda, pero quiero dejar en claro que moda, no es seguir a la niñita rubia del Alto Las Condes que se viste con colores claros y botines café traídos desde Argentina.
NO, es estar a la altura con el año que estás viviendo y expresar realmente tu buen gusto por el uso de ciertas prendas y hacer efectiva la combinación de éstas diferenciándose de la masa.
No porque la modelo se vista así, tú lo debes hacer, es un referente que sólo la mujer puede acomodar a su cuerpo. Lo mismo con los diseñadores, ellos no copian, si lo hacen no pueden ser llamados como tales, pero sí pueden guiarse de otros grandes.
En fin, hay tanto que decir al respecto de esta moda lisa. 
Igual me pregunto cómo habrá estado el evento, pero la verdad es que me gustan los estilos, la ropa, los moldes, el diseño y en sí la gente y sus etapas. Los pensamientos, esos que se complementan a lo que realmente muestras por fuera.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Un Vestido

¿Han tenido alguna prenda con mala suerte? 
Un día mientras daba mis típicos paseo por la ciudad, entré a una tienda ubicada en Merced, miré la ropa y nada me pareció fantástico, aunque me probé de puro gusto un vestido que finalmente me encantó.
Y bueno, como soy regodeona, no lo compré porque no era necesario y algo debía suceder para que esa prenda realmente tuviese la oportunidad de estar colgada en mi closet.
La verdad verdura es que no pasó nada muy especial para decir, me lo llevo, pero sí confieso que un hombre fue el que insidio en mi compra.
Entré a la tienda insegura por tercera vez, pensando en cuánto me gustaba y me lo probé tranquilamente, le pregunté al chiquillo que me acompañaba esta vez cómo me quedaba y el muy (muy muy) hombre, de una manera muy bonita me dijo: Te queda bien, me gusta. Eso fue genial en el momento, pero al minuto me beso en la mejilla con una suavidad tan rica que no atiné a nada más que girarme, sonreír sola y comenzar a quererlo en exceso silenciosamente hasta hoy.
Con ese convencimiento obviamente lo compré, pero después nunca hubo un motivo para ponérmelo, me lo probaba para ir a cierta ocasión y nunca era el indicado, buscaba situaciones para él y nada, hasta hoy, donde su historia comenzó memorablemente con tacones altos, pero terminó el día bastante apenada.  
Me lo puse para dar mi examen de grado y me fue mal. Antes de salir le corté la etiqueta y por ende regresé a casa con un vestido "viejo" y con unas ganas gigantes de sacármelo y no verlo más. 
El no tiene la culpa, lo sé, pero me es  inevitable pensar en lo tonto que fue haberlo usado en esa estúpida ocasión donde el final que pensé obvio, definitivamente no lo fue. Ahora el especial y bonito vestido está con el peor de los augurios, guardado y con cero posibilidad de uso hasta el próximo año porque además es perfecto para la primavera y complejo de usar en verano.
Malditas mentes femeninas!
En fin, no lo declararé como el vestido de mala suerte porque hay que darle una segunda oportunidad y aunque pensaba ponérmelo en año nuevo, daré un paso al lado al respecto sólo por si acaso. Ojalá tenga una nueva oportunidad pronto para volver a quererlo tanto, ya que es muy bonito y me queda fantástico.
Bueno nada es tan malo, el vestido me dejó se por sí un buen recuerdo porque ese beso en la mejilla, es el mejor que me han dado en la vida de los besos. No fue en la boca, no fue apasionado, fue natural, sincero  y en ese momento no necesitaba nada más.



martes, 1 de noviembre de 2011

¿Qué pensará la gente al vernos?

Caminas por la calle con alguien escuchando música y mientras vas en subida, al llegar a la esquina te quita tus audífonos y pone los suyos diciendo: "oye, escucha esto".


Pones atención y miras al cielo que está muy azul, pero con nubes muy esponjosas. Cuando estás realizando toda esa actividad mitigadora del cansancio, alguien interrumpe tu visión mientras la música continúa. Aparecen unos ojos, de pronto la nariz y finalmente una boca que se detiene frente a la tuya para besarte, deteniendo todas esas ganas de continuar en subida y quedándote plenamente en tierra para experimentar otro tipo de  sensaciones cálidas y húmedas en esa esquina, al lado de un disco pare y en pleno centro de la ciudad.
La duración es de casi 3 minutos. Para luego continuar la caminata en dirección a la Avenida central.
¿Qué pensará la gente al vernos? Continuaron contestándose mutuamente mientras compartían los audífonos.